En 1605 conoce y traba amistad con don Luis Fernández de Córdoba y de Aragón, duque de Sessa, con el que mantendrá a lo largo de toda su vida una extraña relación en la que se mezclan los papeles de secretario, confidente y alcahuete. En septiembre de 1610 Lope se traslada definitivamente a Madrid y compra la casa de la calle Francos (hoy de Cervantes), en la que vivirá el resto de sus días. En 1609 había ingresado en la Congregación de Esclavos del Santísimo Sacramento en el oratorio de Caballero de Gracia y al año siguiente se adscribió al oratorio de la calle del Olivar. Pero no duró mucho esta experiencia plácida y sin contratiempos. Doña Juana sufre frecuentes enfermedades y en 1612 Carlos Félix, al que había dedicado poco antes Los pastores de Belén, muere de unas calenturas. El poeta escribirá una de las más bellas elegías de nuestra lengua («Éste de mis entrañas dulce fruto...»), pero poco intensa, porque Lope era demasiado vital. El 13 de agosto del año siguiente Juana de Guardo muere también, al dar a luz a Feliciana. El 24 de mayo de 1614 decide ordenarse sacerdote. La huella literaria de esta crisis y sus arrepentimientos irá a parar a las Rimas sacras, publicadas en 1614, que contienen sin disputa los más bellos sonetos sacros del Barroco. Las Rimas sacras contienen bellísimos sonetos que figuran en todas las antologías.
El recién ordenado entró enseguida en la carrera de los beneficios eclesiásticos. Por medio del duque de Sessa consiguió una «prestamera» en la diócesis de Córdoba y en 1615 solicitó una capellanía que instituyó en Ávila su antiguo protector Jerónimo Manrique. En octubre de ese mismo año acompañó a su señor en la comitiva que acudió a Irún con la infanta Ana de Austria y dio escolta de honor hasta Madrid a Isabel de Borbón, la futura esposa de Felipe IV. Poco duró la castidad del nuevo sacerdote. Además de la relación con una comedianta («La loca») durante su viaje a Valencia de 1616, Lope tiene el último gran amor de su vida en otra mujer casada, Marta de Nevares, a la que en los textos literarios llamará Amarilis y Marcia Leonarda. Cuando se conocieron, la muchacha tenía veintiséis años y el poeta rondaba los cincuenta y cuatro. Estos amores sacrílegos se divulgaron muy pronto por Madrid y no tardaron en aparecer críticas mordaces y sangrientas. Marta, que apenas alcanzaba los treinta años cuando enviudó, gozaba, a juzgar por el retrato que nos dejó Lope, de una singular belleza. Lo espiritual no iba por detrás de lo físico. Amarilis tenía verdadera afición al arte y animó a Lope a proseguir su carrera literaria e incluso a experimentar nuevos géneros que hasta entonces no había cultivado. Así nacieron las cuatro novelas italianas que, dedicadas a la señora Marcia Leonarda, aparecieron en La Filomena (1621) y La Circe (1624).
A mediados de 1620, su hijo Lope ingresaba en el ejército y en 1621, su hija Marcela, la hija de Lucinda, profesaba en las Trinitarias descalzas, lo que poetizará Lope en una carta a Francisco de Herrera Maldonado. Por las mismas fechas, quizá algo antes, Marta de Nevares pierde la vista, lo que será el prólogo de otra serie de desgracias familiares que acometerán al viejo poeta. En tanto, Lope trata de acercarse a los nuevos gobernantes. Desde 1621 reinaba Felipe IV y gobernaba don Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares. A éste y a su hija dedica alguna obra, pero no consigue el favor buscado. El desaire de los poderosos irá engendrando un sentimiento de desengaño y frustración que impregnará sus obras de vejez. Parece que en 1628 Marta sufrió ataques de locura. A pesar de todo, el Fénix sigue publicando: el Laurel de Apolo (1629), El castigo sin venganza (1631), La Dorotea (1632). En este último año, el 7 de abril, muere, con poco más de 40 años, Marta de Nevares. El entierro lo pagó oficialmente Alonso Pérez, el librero amigo del poeta y padre del discípulo predilecto.
Con la muerte de Amarilis no terminaron las desdichas y las inquietudes de Lope, porque en 1634 moría su hijo Lope Félix, y su hija Antonia Clara, la que tuvo con Marta de Nevares, se fugaba de casa con Cristóbal Tenorio, lo que lamentará bellísimamente Lope en la égloga Filis. Sigue, no obstante, dando a la escena nuevas comedias, como Las bizarrías de Belisa, y, en medio de este torbellino de sucesos, tiene Lope el humor de publicar las Rimas humanas y divinas del Licenciado Tomé de Burguillos, uno de los libros más encantadores y llenos de humor de la poesía española de todos los tiempos. En el prólogo, Lope asegura con gracia haber conocido a Tomé de Burguillos en Salamanca y que «parecía filósofo antiguo en el desprecio de las cosas que el mundo estima».
Lope no dejó de escribir hasta cuatro días antes de su muerte. Muchos de estos poemas de los últimos tiempos se publicaron póstumamente en La vega del Parnaso (1637). El 25 de agosto de 1635 sufrió un desmayo que le obligó a guardar cama. Dos días después, el lunes 27, moría en su casa de la calle de Francos cuando contaba setenta y tres años. El martes lo enterraron solemnemente en la iglesia de San Sebastián. Las honras fúnebres las costeó el duque de Sessa y se convirtieron en un homenaje multitudinario. El funeral acordado por el ayuntamiento de Madrid fue prohibido por el Consejo de Castilla; la vida irregular que había llevado el poeta le persiguió aun después de muerto.
OBRAS SELECTAS: LA DAMABOBA; EL PERRO DEL HORTELANO; PERIBAÑEZ Y EL COMENDADOR DE OCAÑA; FUENTE OVEJUNA; EL MEJOR ALCALDE, EL REY; EL CABALLERO DE OLMEDO
FUENTEOVEJUNABibliografía
La edición contiene las obras más conocidas en la amplia producción de Lope de Vega. El prólogo ha sido realizado por Miguel García-Posada, crítico literario y especialista en teatro español de los Siglos de Oro.
Lope de Vega recoge los hechos acaecidos en esta población en 1476 (ovejas sois, bien lo dice de Fuenteovejuna el nombre).
¿Hasta dónde puede llegar un pueblo harto de la injusticia? Fuenteovejuna, basada en el levantamiento ocurrido en dicha ciudad, trasciende en el tiempo. (España 1476). Lope de Vega plasma los valores del hombre en
su más profunda dimensión.
Don Alonso, el caballero de Olmedo, se enamora de doña Inés en Medina, a cuya famosa feria ha asistido. Fabia, una celestina conocida de su criado Tello, le ayuda a hacer llegar su amor a la dama, que a su vez se
ha enamorado del cabllero. Don Rodrigo también la pretende y se siente furiosamente celoso de su rival, que además ha obtenido fama y éxitos en la feria por su valor y arte en los toros. Al terminar las fiestas,
el caballero se dirige al Olmedo y por el camino le avisan de que planean darle muerte. Sigue sin hacer caso y efectivamente lo mata su enemigo. Tello comunica la noticia en la casa de la amada, cuyo padre había
accedido finalmente a la boda. El rey Juan II, que ha acudido a la feria, ordena el ajusticiamiento del culpable.
PERIBAÑEZ Y EL COMENDADOR DE OCAÑA
Peribañez y el Comendador de Ocaña es una de las mejores obras de Lope de Vega. Otra entrega de esta colección perfectamente
anotada y editada por Donald McGrady de una de las piezas más celebradas de Lope de Vega.
LA DAMA BOBA
En La dama boba Lope de Vega usa la simplicidad para explorar el tema de amor en varios niveles. Para poder explorar este tema,
simplificó los personajes utilizando sólo los imprescindibles. Se ve no habla de mujeres que no sean las hermanas y sus respectivas criadas.
En cuanto a los hombres, solo incluye a los pretendientes y a un criado por cada uno.
A través de cada personaje trata un aspecto diferente del amor.
EL PERRO DEL HORTELANO
Comedia de enredo que gira en torno al amor, los celos y el honor; nos presenta la lucha interior que vive la Condesa Diana entre el amor que siente
hacia su secretario Teodoro y los convencionalismos sociales que le impiden contraer matrimonio con él. Pero Diana tampoco consiente que Teodoro,
hombre que pertenece a una clase social inferior, se case con su enamorada, la criada Marcela. ¡Ni comer, ni dejar!. Comedia fresca y divertida,
en la que todos los personajes defienden su felicidad superando prejuicios y presiones sociales, es una buena muestra del mejor teatro de Lope de Vega,
como demuestra el favor del público del que desde siempre ha gozado. La edición, además de una breve presentación, cuenta con una guía de lectura,
bibliografía, glosario y aparato crítico. La profesora Paula Barral se ha encargado de la edición.